viernes, 13 de agosto de 2010

Vivir aquí es morir de calor

"Entre el Papa y el aire acondicionado, me quedo con el aire acondicionado."

(Woody Allen, tras pasar por Sevilla en Agosto).


Si es usted uno de esos afortunados que pasan el verano en zonas más propicias para el desarrollo de formas de vida basadas en el carbono, sepa que Sevilla durante esta época del año es el décimo círculo del infierno. Los sevillanos ya estamos prevenidos, por eso, si podemos evitarlo, no salimos de casa durante las horas de más calor (lo que, teniendo en cuenta los 32º de la medianoche del miércoles, tampoco deja mucho margen).

El problema es que los guiris se piensan que aquí somos todos unos exagerados y que tampoco puede ser para tanto y se empeñan en hacer turismo a horas inhumanas de la tarde. Que tú los ves por la tele, con sus chanclas con calcetines y sus mapas, cuando en el telediario hablan del calor africano y te ríes. Lo que pasa es que luego te viene de visita un amigo anglosajón y claro, no lo vas a dejar solo, tendrás que enseñarle la ciudad. Ni campeonatos de sauna ni nada. Eso es para nenazas. Una buena tarde de turismo por Sevilla es lo que harían si fueran hombres de verdad. Eso sí, al menos ahora ya no piensan que somos unos exagerados.

viernes, 6 de agosto de 2010

El principio del fin

Mi padre, con seis décadas de vida, tiene el pelo negro como un treintañero y ni un maldito indicio de entradas. Yo aún voy por mi segunda década y ayer me descubrí mi primera cana. La genética se burla cruelmente de mí.

Creo que esto es lo que llaman "cobrar consciencia de la propia mortalidad". Al menos no tengo entradas. Aún.

P.D: La frase del título la pronunció mi abuelo cuando, a la tierna edad de 90 años, le quitaron su primera muela. Ya no se hacen personas como las de antes.

domingo, 1 de agosto de 2010

Títulos de crédito

 Aquí comienza este blog. No es el primero que empiezo, he tenido otro durante los últimos cuatro años y medio, pero creo que era hora de un cambio. Podría haberme limitado a un cambio de plantilla o de estilo. En lugar de eso he preferido empezar de cero: nuevo blog, nuevo nombre, nueva actitud.

Mi anterior blog vio la luz una fría noche de invierno; éste nace una tórrida tarde de agosto (agosto sevillano, que es como dos agostos normales). El otro me acompañó durante casi un lustro; no sé cuánto durará éste, pero mientras tanto, ya sabéis dónde encontrarme.