viernes, 20 de abril de 2012

Tal flor de luz sobre las palmas

El primer año de carrera tuve como profesor a un conocido (por estos lares) columnista y crítico de cine. Sus clases fueron mis favoritas de ese curso (siempre me parecieron mejores que sus artículos, la verdad). Un día nos dijo que Sevilla, para lo bueno y para lo malo, era la ciudad más pasional que había conocido. Estoy de acuerdo. Y en esta época, aún más.

Sevilla en primavera es pasión. Es pisar la calle y sentirte un poco más vivo. Son los olores, son los colores. Es... otra cosa. Y si encima, por esas casualidades de la vida, te enamoras, eso ya es casi insoportable. El amor en la Sevilla primaveral puede ser algo difícil de controlar para un corazón inexperto. Quien lo probó lo sabe. 

Y eso que yo soy un sevillano un tanto atípico. Ni capillita ni feriante, dos de las grandes pasiones de esta ciudad. De hecho, muchas veces odio vivir aquí. Pero claro, ahora se sienta uno un rato en la Plaza de Doña Elvira, o pasa por el Altozano al atardecer, o se toma unas cervezas en El Salvador, en mangas cortas mientras medio país todavía usa bufanda y, bueno, entiende un poco ese chovinismo tan sevillano. Luego llega julio con sus 39 grados y vuelvo a querer mudarme a Oslo, por supuesto, pero, durante el breve lapso de tiempo que es la primavera sevillana, no se me ocurre un sitio mejor donde estar.

Esto, pero oliendo a azahar.


N. del A: Esta entrada llevaba un tiempo escrita, pero asuntos personales me han tenido alejado de blogs propios y ajenos. Espero ponerme pronto al día.

8 comentarios:

  1. Ummm que buena pinta, hoy que salgo de trabajar a la 13.00 me iria a una terracita alli. Sin dudarlo.
    Que lujo!!!

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    1. A mí es que me encanta esa plaza. En la foto no se ve, pero, de hecho, hay una terracita justo al lado.

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  2. La verdad es que me gustaría volver a Sevilla, porque cuando estuve fue sólo un día y era en verano y una que está acostumbrada al norte lejos de disfrutarlo, estaba muriendo de calor poco a poco... Pero si que tiene pinta de ser agradable en primavera :)

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    1. Es que a Sevilla no se puede venir de turismo entre junio y septiembre. Sobre todo, si no estás acostumbrada. Por salud, más que nada XD. En realidad, Sevilla merece siempre la pena, pero en primavera más.

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  3. En Madrid la primavera no existe (y eso que ahora lleva lloviendo unos días). Por lo general pasamos del abrigo a la manga corta en 10 días.

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    1. Aquí pasa un poco eso también, Doctora, no creas. Lo que ocurre es que aquí la relación ropa/temperatura es: invierno-abrigo, primavera-manga corta, verano-ganas de salir desnudo a la calle.

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  4. Sevilla es la "Desembarco del Rey" de España. Cuando vivía en Sevilla, lustros ha, descubrí gracias a ese maldito inferno de verano que tenéis allí, que sufría lipotimias como el que se come pipas. Es "bonito" recuerdo de la tierra de la Giralda.
    Sevilla es para la primavera; para el verano lo mejor es hibernar en algún otro sitio donde las temperaturas no suban de 25-30, como Asturias :)

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